“Creo profundamente en que todos formamos parte de un Todo Integrado, en la conexión espiritual, creo que somos mente, cuerpo y espíritu y que la mayoría de los seres humanos ejercitamos la mente, el cuerpo y no el espíritu.”
La contemplé radiante, vestida de blanco y su pashmina roja; su risa franca y espontánea, su mirada sincera y profunda, ambas señales lograron conectarme con la esencia del ser humano. Actriz de teatro, cine y televisión, cantante, animadora, escritora, empresaria, productora, Elba Escobar es un homenaje al arte en todas sus manifestaciones desde hace más de treinta y seis años. Desde el Jardín de los Cerezos en 1976 hasta nuestros tiempos, el talento y la versatilidad han sido una constante en su vida como consecuencia de la absoluta convicción de nuestro origen divino. La extraña paradoja que surge de su pasión profesional y la paz que produce su energía, su mirada, su ser, nos revela su verdadera misión de vida: Ser una Ministra de la Luz.
¿Quién es Elba Escobar?
A lo mejor yo no tengo muy claro quién soy, pero se quien no soy, no soy ni mi cuerpo, ni mis ojos, ni mis pensamientos; sé que soy algo más y no es manifestado a nivel físico, allí está la mitad de la punta del iceberg, de lo que uno es realmente; lo más lindo de lo que soy, es lo que somos todos, en ese lugar inmenso, ese caldo divino, infinito, energético en el que estamos. Lo demás, es lo que hago, los roles que uno va ejerciendo en la vida, la hija, la estudiante, la profesional, la mamá, la amiga, la compañera de trabajo; mucha gente sabe lo que yo hago, hay otras que no las saben, a veces ni uno mismo lo sabe; tener claro que hay algo más que no tiene que ver con lo que hago me da mucha conexión, me hace sentir con mucha paz, me libera del peso del ego que es un peso insoportable.
¿Por qué crees que tu esencia interior decidió manifestarse en el plano físico?
Yo siento que una de las cosas que más nos conecta con la divinidad, con eso maravilloso que es común en todos los seres humanos es el servicio; de una manera u otra todos vinimos a hacer algo por nosotros y también por los demás, es lo que llamo aprendizajes de la vida; obviamente cuando uno forma parte en este nivel físico de un personaje que influye en una comunidad, amplía su impacto respecto a la comunicación. Indudablemente que te enviaron a realizar una suerte de servicio, al principio no lo entendía bien porque esta carrera es muy extraña, llena de muchas tentaciones que te hacen creer que es una cosa que no es.
¿Qué es lo que esta carrera te hace creer?
Si no tienes suficiente consciencia te hacen creer que esto es una cosa completamente ególatra, frívola y glamorosa; pero cuando tomas consciencia de lo que estás haciendo, te das cuenta que no, que estás prestando un servicio, haciéndole pasar momentos agradables, conexiones, percepciones, tomas de consciencia al público a través de tu trabajo.
¿Qué queda de ti en cada personaje que interpretas?
Para mi es al revés, creo que los personajes me dan más de lo que yo le doy a ellos; para empezar me dan la oportunidad de vivir en la ficción situaciones que en mi vida común yo no hubiera vivido nunca, porque mi vida es más normal, me levanto en la mañana hago mis arepitas, envío a los muchachitos al colegio, hago mercado, igual que cualquier persona; a través de mis personajes he experimentado vidas excepcionales, es decir, ellos me han dado más a mí, que yo a ellos.
Más allá del personaje ¿qué puede percibir el público de Elba Escobar cuando disfruta de tu trabajo?
El personaje siempre cubre al ser humano, es muy difícil que de la persona quede algo en el personaje; cuando uno tiene la posibilidad de expresar a la persona que uno es, no lo hacemos escondido detrás del personaje, yo he tenido esa bendición porque he conducido un programa de televisión, ahora tengo un programa de radio, cuando uno es conductora, no estas parado como un personaje, te muestras como eres.
¿Cuáles han sido las señales que has recibido que te han demostrado que transitas por el camino correcto?
La primera señal que recibí cuando estudiaba bachillerato, fue que tenía el don de la comunicación, una vez el profesor de matemática preguntó quién había entendido después de la clase y yo levanté la mano, cuando me di cuenta, nadie había levantado la mano y me preguntó “¿Tu eres la única que entendiste?”, respondí “ si entendí”, a continuación me indicó “bueno pasa y explicas pues fuiste la única que entendió”, así lo hice y cuando terminé el profesor preguntó ¿quién entendió?, cuando todos levantaron la mano; yo supe que tenía el don de la comunicación y decidí en ese momento que yo iba a ser profesora. Cuando estaba en el pedagógico decidí como materia electiva el teatro, para entonces pensaba en el glamour; pero luego de un proceso de creación actoral el público se levantó a gritar bravo con los ojos aguados porque los había conmovido, allí tuve la segunda señal, supe que tenía que responsabilizarme por eso, si la gente se conmueve entonces debo tener algún don. Luego recibí otras señales cuando en medio de mis conversaciones, siempre he sido muy curiosa con respecto a las prácticas espirituales, tuve un papá beato que iba a misa todos los domingos y una mamá atea que odiaba a los curas, debía encontrar un camino en el medio que te pusiera en contacto con el ejercicio espiritual sin ser beato, a los once años comencé con los libros de Connie Méndez, acercarme a La Gran Fraternidad Universal, hacer yoga hasta que un día encontré un camino que estableció más rigor y disciplina personal en los estudios espirituales y me quedé allí, a partir de ese momento he logrado un nivel de comprensión y de conciencia que se demuestra cuando hablo y me expreso.
¿Cuál es tu misión de vida?
Aprender y enseñar; ser discípula y maestra eternamente.
¿A qué método actoral respondes tú?
Si te digo la verdad a ninguna. Creo que todos los actores tenemos en nuestra trayectoria de estudios la información y uno la convierte en conocimiento, cuando la información se queda en información no sirve de nada, es un dato, es un titular o un portal de Internet; lo importante de la información es convertirla en conocimiento, interiorizarla, si no lo haces no sirve de nada, luego cuando la conviertes en experiencia y la alimentas, comienza a ocurrir algo en ti que es tu manera particular de entrar en la creación de un personaje, en ese momento ya los métodos desaparecen y su experiencia con el personaje es una manera única de abordarlo.
¿Cuál es la diferencia de la Elba que recibió esa tercera señal y la mujer actual?
Yo creo que cada vez tengo mayor entrenamiento en identificar mis saboteadores, cada vez tengo mayor entrenamiento en identificar las tentaciones, a veces caigo igual, pero las identifico antes caía y ni me daba cuenta; lo bueno es que el saboteador de cada uno de nosotros, cuando lo identificamos se convierte en un maestro, porque cada vez que aparece te obliga a superarlo, es como decía Carlos Castañeda, un Pinche Tirano.
¿Cómo convertir un saboteador en un maestro?
Cuando lo identificas, mi mayor saboteadora es “no puedo, que flojera, que fastidio, Elba estás muy vieja para eso”, entonces la veo, me rio y le digo “¿crees que a estas alturas tu puedes conmigo?” luego se convierte en mi pana, me hace reír, es un encanto porque hace todo lo posible por sabotearme, pero cada vez lo logra menos.
¿Cuál es la diferencia entre un saboteador y una tentación?
Creo que las grandes tentaciones son los pecados capitales y el más grande de todos es la ansiedad porque te produce gula, obsesión por el poder, te produce flojera, ira, la tentación de engancharte en algo que te molesta, de quedarte conectado en un dolor, de no superar las cosas, tu sabes dejarte llevar por las bajas frecuencias energéticas, pero superarlo te hace brillar más; la buena noticia es que cada vez tienes más herramientas para identificarlas; la mala noticia es que a medida que tu vas creciendo y tomando conciencia, también va creciendo tu saboteador porque no es lo mismo sabotear a una persona que tiene un bajo nivel de conciencia que a una persona que tiene un alto nivel de conciencia; el saboteador también se fortalece, es entonces una guerra de titanes; creo que la salvación de cualquier ser humano es el humor, es reír, cada vez que una persona me invita a hacer reflexiones de este tipo en una conversación, cuando contesto me estoy hablando a mi misma sabes, todo lo que te estoy diciendo me lo estoy diciendo a mí misma, es como un buen entrenamiento, gracias por esta tarde en la que me estas ayudando a tomar conciencia una vez más.
¿Hacia dónde vamos?
Yo creo, promulgo y practico la era de la Luz, creo que es lo que viene, he sido ministra de lo espiritual y existen muchos que lo son en el mundo, nuestro trabajo es llevar la Luz, es un ministerio del Movimiento del Sendero Interno del alma, creado por John Roger y fue allí donde escogí estudiar, son estudios espirituales individuales, lo haces en tu casa, te envían unos libros anualmente, un paquetito de 12 libros, los lees uno al mes, eventualmente si tienes la posibilidad de viajar a Los Ángeles para ir a la conferencia o reunirte en Venezuela lo haces, no es una secta, pero a veces nos reunimos o nos llamamos para poner una columna de Luz, cualquier persona puede hacerlo, cuando te pasan por delante a toda velocidad, en lugar de maldecirlo le dices Dios te bendiga y te lleve con bien a donde quieras que vallas.
¿Qué mensaje crees que debemos llevar a esas personas que no tienen conciencia de que debemos alinearnos con la Luz en estos tiempos?
La práctica diaria, ya tengo 3 años estudiando, cada vez he aprendido con mayor rigor que cada quien tiene su manera y que las personas que quieren ser instruidas vienen, preguntan y uno responde; pero hay personas que no quieren enterarse y uno debe respetar el camino de cada quien; creo que hay una parte de la humanidad que es muy elevada, otra que está en el camino de la elevación, una que está despertando y una parte que todavía ni siquiera lo ve, hay personas que quizás tendrían que completar su rueda de las reencarnaciones o a lo mejor pues no les toca en esta vida, entonces uno no debe tratar de hacer, creo que uno de los más grandes errores es tratar de hacer política con la espiritualidad, si me preguntan doy la información.
¿Cómo reconocer cuando alguien quiere saber, pero no se atreve a preguntar?
Creo en el dicho que el maestro aparece cuando el discípulo está preparado; hay personas por las cuales no puedes hacer nada porque no está en su proceso todavía, pero si puedes ponerlos en la Luz.
¿Cuáles son las cosas en las que crees?
Creo profundamente en que todos formamos parte de un Todo Integrado, en la conexión espiritual, creo que somos mente, cuerpo y espíritu y que la mayoría de los seres humanos ejercitamos la mente, el cuerpo y no el espíritu; lo espiritual hay que convertirlo en un ejercicio diario, creo en la espiritualidad práctica, cuando lo haces tienes mayores herramientas para trabajarlo en nivel físico.
¿Qué es la fe?
Creo que la fe es una necesidad, necesito tener fe para creer, cuando crees no tienes esa necesidad, sencillamente lo crees y está donde tiene que estar; en el camino individual cada persona pasa primero por la fe como una herramienta maravillosa, creo que la ley de la atracción es real y que muchos tenemos como una especie de necesidad de tomar conciencia de que la ley de atracción es cierta.
Eres muy versátil en tu actividad profesional ¿con cuál te sientes tu mas identificada?
Creo que todo va con cada época, cuando uno es joven y tiene la pasión, la intensidad y lo actual es lo más maravilloso que le puede pasar a uno en la vida; pero con el tiempo que uno va calmando las intensidades, me ocurrió esto que es tan bello de ser comunicadora, conducir un programa de radio, el tiempo donde conduje “Que mujeres”, le dio a mi carrera un espectro que antes no tenía porque antes la gente me conocía por los personajes y comenzaron a conocer a Elba como un personaje real, una persona que se expresa, que no tiene miedo de equivocarse, que me rio de mi misma, que trato de llevar un poquito de alegría, de sentimientos, de ser una especie de réferi al tratar de mantener unidad; es algo bellísimo, he amado mucho ese ejercicio, me ha tocado ser comunicadora en una época muy política en Venezuela, hacer ese ejercicio de tratar de ver el punto de vista medio para no agredir como comunicadora ni a los uno y a los otros, y respetar en todos los sentidos no solamente políticos, sino en todas las discriminaciones que son capaces los seres humanos porque es gordo, o es gay, o es enano; ser comunicadora lo exige un ejercicio diario de neutralidad y de integridad, este último es un concepto muy importante; creo que es el ejercicio más sano de cualquier ser humano, el ejercicio hacia la integridad de tu ser, de tus valores. Luego comienzo a escribir, yo lo hago desde muchacha, desde muy niña escribía cuentos y poemas, pero desde que hice el primer libro “Reconciliándome con mi Afrodita” luego “Ni Doña Ni Doñita; escribo mensualmente en Sexto Sentido; luego escribí en la novela de Leonardo Padrón “La Vida Entera”, en la de Camilo Hernández “Un Esposo para Estela”, ahora existe un proyecto con un guion cinematográfico si Dios quiere, entonces claro todo ese proceso ha llegado a mi vida en un momento bien interesante que tiene que ver con mi edad, con la necesidad de calmarme, tu sabes cosechar; escribir es algo que me está gustando muchísimo y creo que probablemente vaya a hacerlo por mucho tiempo, cuando uno es actor es actor toda la vida y bueno mientras uno tiene memoria y vitalidad bueno siempre habrá un personaje ahí de abuelita, de viejita.
¿Cine o televisión?
La televisión es una cosa maravillosa en el sentido de que la proyección, el cariño la manera de llegarle a la gente a través de la televisión es inmediata, te ganas el cariño de las personas, puedes influir en ellas, darles amor y luz, tener la oportunidad de decirles “Oye mi amor lo puedes hacer distinto”, es una bendición trabajar en una novela que ve mucha gente; por otra parte la televisión es una especie de taller para el trabajo actoral, haces 120 capítulos representando un personaje que te permite ejercitar el aparato actoral. En el cine puedo hacer lo que más me gusta y es lo que menos hago; es el medio en donde el trabajo actoral menos se actúa, es bella la posibilidad de ser el personaje, no de actuarlo, ser él durante el momento que dura la toma, existe mucha diferencia, actuar es algo que se nota, ser algo que no se nota.
¿Qué le recomendarías a una persona que no encuentra su camino?
Que cierren los ojos, respiren y se den cuenta del milagro de respirar que en realidad es muy simple, que todo lo demás es una complicación humana, pero que en realidad es muy simple, respira, deja que entre el aire en tus pulmones y suéltalo despacito.
¿Cómo fue tu proceso para despedirte de tu mama ahora con toda la preparación que la vida te ha permitido?
Eso es algo que simplemente ocurre, me costó más despedirme de mi sobrino, porque uno no entiende como un muchacho de 19 años le da cáncer y se muere; los viejitos se van y de todos modos la muerte no nos separa de los seres que amamos, yo los siento eternizados en mi corazón están allí mi papá, mi mamá, mis tíos, la gente que se ha ido, honro la despedida, creo que hay que honrar el duelo, hay que vivirlo, llorarlo y entender que ese llanto, ese dolor, ese duelo tiene sentido; hay que honrarlo con la convicción de que el lugar a donde se van los seres que amamos que fallecen es un lugar para su elevación, que nosotros aquí en este nivel extrañamos sus besos, sus abrazos, pero lo que nos dieron, el valor que tuvieron en nuestras vidas está eternamente en nuestros corazones, cuando es así, es bello despedirlos reconociendo lo que nos dieron, hablándolo y diciéndoselos; mi hermana le escribió una carta a mi mamá y me la envió por correo electrónico, luego yo le escribí, mi otro hermano, mi cuñada y es un email que ha recorrido toda la familia, diciéndole cuando la amamos, cuanto la extrañamos.
¿Qué es el éxito?
El éxito es un suspiro, como una ráfaga de viento, un día ocurre te pasa, te refresca y se va.
¿Qué es lo que más disfrutas?
Lo que más disfruto es el amor en todas sus manifestaciones, yo podría decir que soy una militante del amor, pero no el amor como concepto, sino como ejercicio del amor como el verbo amar.
Por Alejandro Ordóñez
Fotografías Robert Villalobos
